“¡Que todo lo que respira cante alabanzas al Señor! ¡Alabado sea el Señor!”
Salmos 150:6 NTV
Uno de mis libros top de la Biblia son los Salmos. Este año una de mis metas fue estudiar bien machín, meterme más profundo y me ha encantado este trip🤩
Los Salmos concluyen con un concierto en el que toda la creación canta, todos los instrumentos participan y todos fijan su vista en Dios.
Recuerdo cuando empecé a aprender a tocar el bajo ya hace algunos años de eso ¡Oh snap!
Esos inicios fueron horribles porque eran frustrantes y si tocas algún instrumento me vas a entender haha porque de alguna manera te sientes limitado a dos o tres notas que repites durante la semana antes de avanzar a otras 3 y así sucesivamente.
Pero un día te das cuenta que dominas el instrumento ¡y eres libre! Empiezas a improvisar, sacar canciones de oído y después a componer.
Tu instrumento y las notas ya no son un barrote que te entierran sino las alas que te permiten volar.
Nuestra vida debe ser como un metrónomo debemos ir al compás de Jesús dejémonos guiar por el Espíritu Santo bailar a su ritmo y a su compás.
Lo mismo sucede con la alabanza a medida que la practicas un día volaremos. El propósito de todo ser humano es adorar a Dios y podemos encontrar en la alabanza ese deleite que inspiró Salmo tras Salmo.
La alabanza es como un piano practica todos los días y tu vida será como una sinfonía que honrará a Dios.
El arte de vivir consiste en mantener el paso de esta apresurada vida al ritmo de la música del cielo.
-Sbay
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