Jeremías 18:1 nos habla de un alfarero que tenía una vasija de barro la cual no resultó como esperaba, no servía para lo que fue creada…
El Señor le dio otro mensaje a Jeremías: «Baja al taller del alfarero y allí te hablaré». Así que hice lo que me dijo y encontré al alfarero trabajando en el torno; pero la vasija que estaba formando no resultó como él esperaba, así que la aplastó y comenzó de nuevo. «¡Oh, Israel! ¿No puedo hacer contigo lo mismo que hizo el alfarero con el barro? De la misma manera que el barro está en manos del alfarero, así estás en mis manos.
Jeremías 18:1-4, 6
Siguiendo la historia, a Jeremías se le pidió ir y ver al alfarero quien creaba del barro las vasijas, se le pide ver el proceso y ahí es donde el Señor en su maravilloso plan donde conoce el pasado, presente y futuro le muestra cómo era la creación de estas vasija sin embargo, al llegar vió como al ser creada la vasija no sirvió y se rompió, no cumplió el propósito por el que fue creada, el alfarero la vuelve a crearla desde el inicio, al terminar encuentra esta nueva vasija perfecta, y el Señor me mostraba estas 2 tipos de vasijas, la primera vasija que fue hecha contenía la naturaleza pecaminosa, un contenido que no era vida, por lo tanto no llegaría a funcionar.
La segunda vasija fue perfecta porque llegó a tener la capacidad de ser un recipiente. Llegó a ser completamente habitable, a cumplir su propósito.
Ahora podrás decir, que tiene que ver una vasija conmigo? En Corintios, Pablo nos compara como vasijas de barro que soy recipiente de un gran tesoro que es Cristo mismo!!
Ahora tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.
2 Corintios 4:7 NTV
Y justo pasé por una temporada donde me había sentido sin propósito y sin rumbo, quizás puedas sentirte igual, a veces con tristeza del pasado o miedo al futuro, miedo a los cambios o temporadas.
Pero miles de años antes Jeremías nos dice que el primer diseño de la vasija no fue completada y fue destruida para ser Nueva Creación, pero tuvo que haber una muerte, lo mismo ocurre con nosotros, Jeremías nos está explicando lo que vió físicamente qué sucedería miles de años después, Cristo vino a morir POR MI, la que merecía la muerte era YO, sin embargo lo hizo por mí para REPRESENTARME, entonces murió representándome, para resumirlo yo morí con Cristo, porque me representó.
Ahora, porque Cristo hizo ese sacrificio de dolor incomparable? Solo para que digamos “Pobrecito de Jesús, le dolió mucho”? NO!!! Lo hizo porque era la única manera en que nosotros podríamos ser la VASIJA NUEVA, ser la NUEVA CREACIÓN.
Nuestro ser era un ser de pecado continuo, era un ser inservible, sin embargo para eso vino Cristo, para que por medio DE ÉL pudiéramos morir junto con Él a esa vida inservible, de dolor, de ansiedad, depresión y recibir la nueva vida de Cristo, ser la VASIJA NUEVA perfecta para ser recipiente de CRISTO, el contenido de VIDA, el contenido de luz, esperanza, identidad, rumbo y propósito.
Entonces, si te has sentido como yo, tienes que entender que debes identificarte como muerta a través de Cristo porque te representó y ahí en esa cruz dejaste todo tu dolor, tu miedo, tu naturaleza de pecado, de falta de propósito y rumbo, porque has sido creada para ser habitación, ser recipiente de Cristo, si no lo estás siendo no podrá tener sentido tu vida.
La clave de tu plenitud es entender que con Cristo estamos muertos y ahora soy Nueva Creación, Nueva Vasija ya lista y perfecta para cumplir el propósito por el que fui creada, ser recipiente se Cristo y ser completas.
Tiene que haber un antes y un después en Cristo Jesús, de eso se trata el Evangelio.
Si tú este día estás batallando con pensamientos de falta de identidad, de dolor, de ansiedad o depresión, quizás de enojo o simplemente no sabes que hacer, que será de ti y tú vida, hacia dónde vas o porque estás aquí repite conmigo esta oración:
Oración:
Señor, yo entiendo que he tenido una naturaleza que me separa de ti, he pecado y no he encontrado solución a mis problemas, sin embargo hoy entiendo mi Dios, que enviaste a Jesús a representar mi vida y yo morí junto contigo para dejar mi vida, mis problemas, (llámalo con tu necesidad), ahí en esa cruz y hoy me convierto en una nueva creación, una nueva vasija perfecta para ser recipiente de la vida de Cristo, ya no mi vida sino la tuya, yo te recibo a ti Jesús.
Amén.
-Maricela
Comments